La boda

Fotografías de Rubén Chavero · 30 mayo, 2024

Pedro Cenjor dirige su primera película, que protagoniza Elena Furiase

Pedro Cenjor inicia en Motril (Granada) el rodaje de su ópera prima La boda, una película protagonizada por Elena Furiase, Daniel Chamorro, Margarita Lascoite y con la colaboración especial de Antonio Dechent, María Jesús Hoyos y Felipe García Vélez, bajo un guion coescrito por el propio realizador y Corinna Salerno. El rodaje se completará en diferentes localizaciones de Madrid y Toledo.

En palabras del director, Pedro Cenjor, La boda es una película que habla de la necesidad de amar y ser amados en entornos en los que las emociones se esconden muy dentro  y surge de secretos escondidos y aceptados  por los diferentes personajes, cuyas decisiones nos enseñan como emerge la esencia oculta en cada uno de ellos”.

La productora, Patricia González , explica lo que significa este nuevo proyecto: “Cuando cayó en mis manos el guión de La boda, me sorprendió lo que es capaz de hacer el ser humano por aparentar ser lo que no es. Cómo vivimos pendientes de gustar, agradar, o hacer lo políticamente correcto, aunque paguemos un peaje tan alto como no ser feliz nunca. Hemos normalizado, hablar mal de alguien, inventar situaciones sin mirar las consecuencias que eso puede acarrear. Creo que la evolución de estos dos personajes, es una lección de cómo se puede avanzar si encuentras en tu vida la persona que es capaz de dártelo todo, aunque tu no seas capaz de pagar igual. La importancia de sanar heridas pasadas, romper barreras infranqueables y el amor por uno mismo”.

Sinopsis:

Felisa es una mujer de espíritu libre, con los problemas que ello conlleva en un entorno rural. En varias ocasiones se instaló en Madrid, donde las cosas no le fueron bien, viéndose obligada a volver al pueblo, a casa de sus padres. Ya en la cuarentena, sigue dependiendo en gran parte de su madre y de la pensión de viudedad de ésta, ya que lo que ella gana peinando a señoras mayores a domicilio, apenas le da para sus gastos.

Las fiestas de fin de semana y las deudas que mantiene con el dealer del pueblo, la llevan a aceptar matrimonio con Sebastián, hijo soltero de una de sus clientas, con el único propósito de recuperar el dinero gastado en bodas durante toda una vida. Felisa acepta, con el dinero podrá cerrar sus deudas y, por qué no, instalarse de nuevo en Madrid y salir de una vez por todas del pueblo. El plan es perfecto, cada parte se quedará el dinero de sus invitados, y tras el matrimonio se divorciarán. La vida de la pareja cambiará para siempre.

 

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